jueves, 14 de agosto de 2008


historia

La umbela o quitasol y el flabélum o abanico alto vienen de remota antigüedad egipcia y asiática como se manifiesta en los relieves y pinturas por lo menos desde la dinastía XIX en Egipto. Pero sólo tenían lugar en los servicios y ceremonias palaciegas. La civilización griega adoptó el abanico en el uso doméstico desde el siglo V antes de Cristo y de los griegos imitaron la costumbre los etruscos y romanos la cual fue siguiendo durante la Edad Media tanto en el uso civil como en algunas civilizaciones religiosas. Se hacía el abanico de formas muy diferentes y con material muy variado, predominando la tela y la pluma.
El abanico plegable fue inventado por un chino en el
siglo VII inspirándose en el mecanismo del ala de un murciélago. En Europa se conoce desde finales del siglo XV a donde fue traído desde China y Japón por los portugueses que habían abierto rutas comerciales hacia Oriente. No debió ser difícil de copiar pues enseguida se popularizó extendiéndose por toda Europa, en un primer momento para damas de clase alta y luego para todas las capas de la sociedad. En el siglo XVII llegó a tener la forma que tiene ahora desplegándose en él durante los últimos siglos los caprichos de la moda y la inventiva de los miniaturistas introduciendo calados, relieves, incrustaciones y materiales preciosos. El costumbrismo es un motivo habitual en el diseño del ‘país’ en donde, sin embargo, tienen cabida todo tipo de imágenes.
En el
siglo XVIII se instaló en España el artesano francés Eugenio Prost bajo la protección del conde de Floridablanca convirtiendo a España en uno de los principales productores del mundo rivalizando con franceses e italianos. Ese mismo siglo se crea el Gremio de Abaniqueros y a principios del siglo XIX se funda la Real Fábrica de Abanicos. En un principio, el abanico fue de uso tanto del género femenino como masculino, llevando los hombres pequeños ejemplares en el bolsillo. Sin embargo, su utilización se vuelve exclusiva de las damas a principios del siglo XX llegando hasta nuestros días.Al parecer estas llegaron a ser tan diestras en el uso de este artefacto que llegaron a inventar todo un "lenguaje del abanico" consistente en que segun la posición en la que se situaba o el modo en como se le agarraba se estaba transmitiendo un tipo de mensaje u otro. Hoy en día, se encuentra en Cádiz la única escuela-taller de abanicos del mundo. Pero todo el material, artesanos y artistas estan situados en los alredores de Aldaya, ciudad situada al lado de Valencia. Es aquí donde se exporta a todo el mundo.

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